ESTAR «ÓN» NO ESTAR por Natividad Garbayo

ESTAR «ÓN» NO ESTAR

Todo comenzó cuando una noche, al volver de mi jornada laboral y abrir el correo, veo en mi bandeja de entrada un email cuyo asunto presenta una invitación que paró la limpieza rutinaria de tantos correos basuras que nos llegan y ofrecen atractivas oportunidades de compra (prepárate como nunca para este verano…), viajes (Venecia, Florencia y Roma por 179 €… Todo incluido) y como no, de seguimientos: ¡Sigue a Amaia Ormaetxea, Burlada Gazteleku y a Carlos Hidalgo en Twitter!

Este correo se presentaba especial: Tenemos un lugar para ti en el Círculo de lectura; una plataforma de Taller Multinacional, organización fundada en el 2010 por un grupo de artistas especializados en las Artes Visuales del mundo Contemporáneo motivados por estudios y entornos virtuales de aprendizaje.

Ante la problemática del rezago en las habilidades de lecto-escritura académica que se inicia en los primeros ciclos de la educación y que suponen unas dificultades ante los proyectos de Tesis o Maestría, esta plataforma educativa ofrecía un reencuentro.

¡Yo quiero!!! quiero participar!!

Y no es de extrañar. Desde que terminé mi licenciatura en Bellas Artes y puse en marcha mi Tesis Doctoral, la gestión «a tiempo parcial” y «a distancia”, dilató el encuentro y apoyo técnico necesario para estructurar y dar forma al planteamiento inicial.

Un planteamiento que nada más comenzar la lectura del artículo propuesto, conectó con el problema de la identidad del sujeto que planteó Brea en tanto se inscribe en una relación con el otro. En mi caso, mi planteamiento versaba hacia la búsqueda de una identidad conectada en tanto su desarrollo y conocimiento hacia la estética, donde el sujeto se desarrolla y construye también en la esfera… pública.

Una esfera, que para que se produzca de manera pública y autónoma, necesita inscribirse en procesos de producción de socialidad, donde las tecnologías de comunicación que operan las comunidades online, deben actuar de mediadores para hacer más viable la acción comunicativa, el encuentro y la acción recíproca entre los ciudadanos.

Se trata, como bien visionaba Brea, de pensar las potencialidades de internet en un contexto de transformación de sociedades contemporáneas, prácticas culturales y acción social. Una herramienta que puede alterar el perfil de nuestro mundo y nuestras posibilidades de actuación en él.

Foucault reivindicó la época del espacio, «la época del cerca y el lejos, del lado a lado, de lo disperso”, planteando sobre la ciudad contemporánea un término, el de Heteretopía, el espacio del mundo contemporáneo por excelencia.

«el espacio en el que vivimos (…) es un espacio heterogéneo. No vivimos en una especie de vacío, dentro del cual localizamos individuos y cosas. (…) vivimos dentro de una red de relaciones que delinean lugares que son irreducibles unos a otros y absolutamente imposibles de superponer.1

Brea nos propone un reto, construir comunidades de comunicación, donde internet, sea una herramienta democratizada y democratizadora, para evitar llegar al fin de la utopía.

Por eso quiero agradecer al equipo de Taller Multinacional, su organización, profesionalidad y buena disposición con el alumno. En mi caso, sus mensajes de ánimo y ayuda para no perder esta experiencia y abrirme a los espacios dedicados al arte y la lectura, han conseguido activar de nuevo el ON.

1 FOUCAULT, Michael: «Of other spaces», Diacritics nº 16, págs. 22-27, 1986

 Natividad Garbayo

ONLINE COMMUNITIES: LA COMUNIDAD POSIBLE por Marisol Fernández

ONLINE COMMUNITIES: LA COMUNIDAD POSIBLE 

Hace poco, un grupo de políticos planearon un golpe de estado. Esto puso en alerta a toda la ciudadanía el cual, por medio de convocatorias lanzadas en las redes sociales, se reunieron en diversos puntos importantes del país para oponerse a dicha acción inconstitucional. Sin embargo, un pequeño grupo ingresó al Congreso y lo incineró, provocando una revuelta el cual se enfrentaron policías y manifestantes. El resultado fueron varias personas encarceladas (aún cuando no eran partícipes de la manifestación), decenas de heridos y un muerto. Y ante la falta de ética y moral por parte de las policías y la falta de pronunciamiento de las autoridades ante los actos atroces que ocurrieron en pocos días, se generaron campañas difundidas por las redes sociales y diversas manifestaciones pacíficas con el objetivo de reclamar el golpe parlamentario.

La rápida acción de la ciudadanía más la forma en que difundió la noticia es gracias a las interacciones de las redes sociales y las comunidades online. Las mismas se manifiestan por medio de acciones o hashtags que publican los internautas para manifestar su repudio contra el gobierno. Paralelamente también surgieron otros movimientos, los cuales por medio de perfiles y noticias falsas, también crean llamados a las acciones y conformación de comunidades online que estén a favor del gobierno, exaltando los «logros” del presidente y justificando sus recientes acciones.

Con esto, quiero resaltar lo dicho por José Luis Brea, autor del libro «El tercer umbral”. Él trató sobre las comunidades existentes en la actualidad y, para el autor, la ley de los nuevo media es la ley del tiempo real: las comunidades online son las que promueven la elaboración de nuevas políticas y fórmulas de resistencia contra la autoridad. Sin embargo, y como lo señalé en el párrafo anterior, también existe un interés por controlar este medio. Actualmente, la mayoría de los medios de comunicación están siendo controlados por las corporaciones y empresas formadas por la sociedad capitalista. La televisión, los medios de prensa, las radios, los periódicos, todas esas industrias son controladas por personas con ciertos cargos políticos, los cuales contribuyen al flujo de la información que sirven como anestesia social, es decir, si existe algún problema o surge alguna movilización, lo opacan como una noticia de «poco interés” ocultándola con publicidades y otras noticias. Por lo tanto, las personas optan por el internet como medio para informarse de la realidad del país. Publican la noticia, la discuten, la difunden y más.

Sin embargo, también están los que tergiversan la información y empiezan a difundir noticias falsas sobre el caso. El internet está en manos de muchas personas. Hoy en día es fácil acceder a él a través de los aparatos móviles. Su facilidad de uso requiere de cierto control. Y si a alguien se le ocurre, puede generar una falsa noticia que solo genere confusiones y dudas al respecto. A pesar de todo, con lo ocurrido en el país y con la movilización de la gente, espero que surja un despertar de conciencia y, poco a poco, las personas cuestionen sobre lo que ocurre en el gobierno, se movilicen y realicen un cambio verdadero tanto en lo político como en lo social.

Marisol Fernández

SOBRE LO COMÚN Y EL INTERSTICIO por María Fernanda Arjona

SOBRE LO COMÚN Y EL INTERSTICIO 

Hace algunos días leía algo que decía así: «el espacio es el orden de los coexistentes o el orden entre los existentes que son simultáneos». Recuerdo haberlo relacionado con el lenguaje: es desde el Otro que uno mismo piensa y/o enuncia y es pensado y/o enunciado. Es desde ahí -desde el Otro- que poseemos un lenguaje. Quizá tenga que ver con el principio de incompletud del individuo que manifestaba Bataille, y sí -de cierto modo- somos en tanto que el Otro/existente simultáneo.

Retomando el asunto, de alguna u otra manera, nos postulamos en el horizonte de lo común. Pero este horizonte ha ido mutando simultáneamente con los modos de comunicación situados en la virtualidad. Lo común y la comunidad se articulan de diferente manera ahora, pues las condiciones cambiaron. El mundo se hizo pequeño, tu rincón y el mío se extendían en el mismo espacio al mismo tiempo. ¿Pero qué tanto somos conscientes de ello? ¿Qué tanto hemos procurado lo equidistante en este espacio?.

En «Online communities: comunidades experimentales de comunicación en la diáspora virtual» José Luis Brea nos relata cómo desde la aparición de ciudades digitales en 1994 se ha pretendido una democratización del acceso al nuevo medio. Y cómo al arte del siglo XXI se le heredó buscar las condiciones que propicien una constitución de una esfera pública autónoma. ¿Cómo se iba a constituir esta esfera pública?

Así apareció la tarea de construir discurso por medio de la participación dialógica. Para ello ahora debemos superar algunos obstáculos. A mediados de la primera década del siglo XXI se consolidó la Web 2.0 basada en el intercambio y la participación, así apareció el valor en el volumen: lo cuantitativo deviene cualitativo.

Parece que José Luis Brea lo predijo de algún modo cuando planteó la desertización por ruido. Afortunadamente también hizo una observación sobre generar operadores de visibilidad/dispositivos de coalición que permitieran visibilizar discursos. Pues no sólo coexisten tu rincón y el mío, sino muchos. ¿Cómo íbamos a evitar que se segregaran en esta extensión saturada? ¿Y cómo íbamos a evitar, a su vez, hacer aparecer la diferencia? ¿Cómo producir heterotopías?.

Otra de las alternativas que planteó Brea fue plantear la comunidad de productores de medios -no usuarios-. Por supuesto, ninguna comunidad puede aparecer donde la comunicación se redujo a valor de cambio. Así iban apareciendo más tareas que respondían a las nuevas economías de la producción y distribución de estructuras simbólicas.

Finalmente, para que todos los rincones existan con las mismas posibilidades debemos trazar dispositivos que subviertan la estrategia del capitalismo informacional. Yo desde mi rincón puedo promover las condiciones para que el tuyo aparezca al mismo tono, para que ese espacio esporádico devenga en rizoma. Y para que extienda esas condiciones rizomáticas al espacio real social en el que cada uno se encuentra, en el que podamos coexistir. Quizá el principio de incompletud del individuo desaparece en tanto que se construye con Otro, nos completamos en comunidad.

«Pero allí donde está el peligro nace también lo que lo salva»

María Fernanda Arjona

LA COMUNIDAD DE JOSÉ LUIS por Jennifer García

LA COMUNIDAD DE JOSÉ LUIS

“Por favor, preséntate con el resto de los y las compañeras del «Círculo de Lectura».

Cuéntanos quién eres, qué interés te trajo a participar acá…”

Así se leía en el Foro de Presentación del Círculo de Lectura sobre «On Line communities: comunidades experimentales de comunicación en la diáspora virtual” un texto de José Luis Brea incorporado dentro de su libro “El tercer umbral: estatutos de las prácticas artísticas en la era del capitalismo cultural (2004)”. ¿Y ahora que teníamos que hacer nosotros? Seguir simplemente las instrucciones de nuestro tutor, Gabriel Bárcenas, y empezar a hacer, sin darnos cuenta, comunidad online para hablar sobre comunidad online.

En ese primer foro de presentación nos mostramos como quisimos ser conocidos y manifestamos lo que pensamos para finalmente interiorizar en nosotros mismos y “re-conocernos”, aludiendo un momento iniciático (algunos nos pusimos místicos). Obviamente el objetivo del tutor no fue adoctrinarnos, pero sí estábamos interrelacionándonos y al mismo tiempo creando una heterotopía. A cierta hora del día sabíamos que teníamos que conectarnos a otra realidad para interactuar con otras personas a las que no conocemos, pero de las que teníamos una interpretación propia basada simplemente en su presentación, edad, currículum, fotografía y manera de escribir, como es habitual hacerlo con nuestros contactos en redes sociales. ¿Será que esta gente es realmente como imaginamos?

Tuvimos que seguir instrucciones como parte de la tutoría, creamos una cuenta de twitter para continuar siendo parte de, poder compartir y utilizamos otras TICs para desmenuzar el texto de J.L. Brea.

Algunos no completábamos las actividades dentro del tiempo establecido, pero las terminábamos haciendo porque además de existir una “evaluación” de la que no sabemos su consecuencia, si no las cumplíamos nos apartábamos más de nuestra comunidad online; no sabíamos como interpretar lo que estaban los demás diciendo y dejaríamos de colaborar en la interpretación de ese texto. Para poder comunicarnos teníamos que seguir el mismo código del texto de J.L.Brea; ¿será que otras personas, que nunca han leído “On Line communities”, entenderán los memes e infografías que realizamos? Probablemente no, aparte porque no todos sabíamos cómo trabajar adecuadamente con ellos.

Como efecto colateral tomamos al tutor como autoridad, como autor y como profesor, probablemente por el modelo de sociedad que tenemos basado en jerarquías. Él continuaba alimentándonos con más lecturas que servirían como base incluso para desarrollar un punto de vista crítico, pero fundamentado sobre lo que estábamos interpretando.

Pero más allá de nuestra experiencia dentro de esa comunidad virtual de vida limitada, estábamos haciendo Resistencia efectiva. On Line Communities, es un texto que forma parte de los múltiples ensayos que existen sobre Arte contemporáneo y como el Arte abarca muchas esferas de la vida, hace un recorrido de los modos de producción online no solamente desde la perspectiva de las prácticas artísticas, sino también desde una perspectiva psicosocial. Es interesante como nosotros, personas de distintas edades, nacionalidades, profesiones, etc., si queremos clasificarnos de alguna manera, lo hemos interpretado y utilizado desde y para nuestro conocimiento, pero hemos unido aquello y creado una puesta en común. Será reconfortante, al final del Círculo de Lectura, poder leer los ensayos con la interpretación individual de cada uno y observar que no se ha negado la pluralidad del grupo. Recordemos que el riesgo de pertenecer a una comunidad es la homogeneización.

On Line communities narra además como las prácticas artísticas han sido y pueden ser dispositivos autorreflexivos de criticidad ante la homologación provocada por la mass media. Actualmente es común el uso de las TICs en las actividades diarias y representan un ventaja grande para el aprendizaje. Hemos utilizado en el Círculo de Lectura algunas de ellas con la acertada intención del tutor de apropiarnos del texto, ya que organizar nuestros pensamientos, sintetizarlos y plasmarlos de manera escrita o gráfica, sobretodo para transmitir información a otros, permite afianzar el conocimiento; cuando puedes explicárselo correctamente a otra persona es porque realmente lo has entendido. Las TICs pueden beneficiarnos, sin embargo debemos estar atentos a la automatización. Estas herramientas pueden facilitar nuestro trabajo, pero en un descuido estaremos dependiendo totalmente de ellas, lo que no permitiría la amplificación de todo nuestro potencial. En este caso, es pertinente la sugerencia de además de utilizarlas para agilizar procedimientos, darles un uso más allá del que para el que originalmente fueron creadas. Por ejemplo, Twitter o Facebook, además de permitir compartir “lo que está pasando” o “lo que estoy pensando”, pueden ser utilizadas de una manera más sustancial, como compartir recursos, noticias, comentar sobre un tema en específico e incluso crear esfera pública. Ya es responsabilidad de cada usuario como utilizar estas y otras herramientas que nos ofrece la tecnología de manera abierta y evitar el ruido de la desinformación, de los trolls y spammers. Es el precio que tenemos que pagar. Cabe mencionar aquí que este uso democrático del internet no es un gesto de generosidad, es una forma de mantener el control de usuarios menos astutos, a los que se atrae con lo que es más importante para ellos: ellos mismos y la opinión de los demás.

Publicar una foto de lo que estoy haciendo o una foto de mi rostro podría ser tomado como una intención insconsciente de marcar “físicamente” un espacio virtual que nos estaría desvaneciendo o talvez esa facilidad de compartir nuestra vida mediante la red podría ser una estrategia del capitalismo para engancharnos, porque sin caer en una postura ingenua, esa libertad no es real, siempre nos encontraremos ante una restricción, desde lo más básico como las políticas de seguridad en las redes hasta lo más crítico como los ataques a Wikileaks.

La identidad no es un constructo rígido, el capitalismo lo sabe y por ello es sencilla la masificación. Nuestra identidad se va reconstruyendo con cada interacción que hacemos con los demás y con cada interpretación que hacemos de esa interacción, ya sea real o virtualmente. Por medio de Internet, la influencia del otro llega a nosotros de manera tan rápida que a diferencia de décadas anteriores, compartimos más cosas en común con personas que no viven necesariamente en el mismo entorno que nosotros. Solo las personas conectadas a la red están al día en tendencias, que marcan nuestra manera de desenvolvernos y expresarnos en el mundo real, como ejemplo básico están los “challenges”, utilizar términos como “friendzoneado”, usar Adidas All Star, contornearse el rostro, etc., así también como la interpretación que le damos a una opinión emitida por algún personaje popular en el medio y por la cual se basarán las opiniones que tengamos más adelante por ese tema en específico.

El capitalismo se aprovecha de lo maleable que es la identidad y de que no estemos plenamente conscientes de ello. ¿Pero cómo estuvimos haciendo resistencia? Cuando utilizamos esta herramientas a nuestro favor para alcanzar un aprendizaje y cuando nos cuestionamos la importancia de discernir hasta que punto podemos incluirnos en esta inevitable comunidad online global que nos presiona a pertenecer.

Al final y ventajosamente esta pequeña comunidad del Círculo de Lectura desapareció y con las reflexiones que hicimos podemos integrarnos o formar otra comunidad para discutir y armar una reflexión mayor o simplemente otras y así continuará la comunicación en rizoma. Mientras más difundamos y extendamos nuestra reflexión sobre las nuevas prácticas sociales que se están gestando y continuémos despertando a los autómatas, estaremos haciendo resistencia efectiva.

Jennifer García

LA ERA DIGITAL: OBSCURIDAD DE LA HUMANIDAD por Evelyn Avila

LA ERA DIGITAL: OBSCURIDAD DE LA HUMANIDAD

En la era digital, se pretende generar una nueva definición de lo que significa ser humano y romper los arquetipos contemporáneos, cuestionando lo ¿qué está bien y mal?, moral y culturalmente, es precisamente este misterio que consiste en la rapidez, inmediatez y fluidez operacional en que ocurre la vinculación emocional y pasa a ser un proceso analógico de la mente; de este intercambio «digital-emocional”, emerge la «datificación” de nuestra información que es el ADN de los sistemas y controla la modernidad del lenguaje.

Partiendo del concepto de digitalizar el objeto o cosa, transitare al instante del obscurantismo de la humanidad que a través del inconsciente profundizó en la telepática y sugiere que quizás en el futuro progresivo podremos crear nuestras propias imágenes mentales y enviarlas telepáticamente, de esta relación intrínseca de la programación del subconsciente se concibió el fenómeno digital de la deep web del siglo XXI que a través de la exploración de los sueños y los sentidos, la tecnología se ha manifestado en nuestro entorno y debe desaparecer para retornar a un estado natural e invisible, como la electricidad. Sin lugar a dudas se tiene que evolucionar para esa apertura.

Se debe analizar los infinitos  avatares de la humanidad en el actual estado de comunicación personal, para  transformarnos y evolucionar  en una mejor versión de nosotros mismos, el progreso ha dotado de datos y algoritmos los sistemas estratégicos, los ha hecho  oleadas esenciales, de repetición cíclicas,  el dinero es la  voracidad virtual, el trueque de lo inmaterial, como experiencia que nos brinda confort y deleite con las maquinaciones que rigen las acciones de las diversas entidades de razonamiento que se manifiestan ante una verdad inminente, la búsqueda objetiva del propio «yo”.

Ante  esta fenomenología  surge la ferviente necesidad de combatir y negociar ecuaciones de conocimiento, dinámicas de empoderamiento funcional, creación orgánica y figurada de lo que significa ser humano, se requiere volver al proceso natural  psico emocional, molecular, atómico que conforma el cuerpo humano.

Evelyn Avila

LA COMUNIDAD IMPOSIBLE ES POSIBLE por Aline Márquez

LA COMUNIDAD IMPOSIBLE ES POSIBLE

Una mañana, en la que no tenía ningún plan, no conocía de agendas, ni tenia compromisos importantes, desperté con la noticia de que nos mudaríamos de casa. Mi zona de juegos se transformaría en un amplio terreno en el que tendría vecinos muy alejados de casa.

Mamá me pidió revisar si no olvidaba algo importante, ya que no volveríamos. Con el tiempo comprendí que me iría a vivir no sólo a una nueva casa sino que comenzaría a vivir y conocer una nueva comunidad. Esta comunidad tendría características diferentes a la antigua comunidad en la que me desempeñaba, de hecho era una comunidad que aún estaba por construirse, no tenía rasgos generales y las personas vendrían a vivir poco a poco.

Hoy en día esa colonia, que antes estaba casi inhóspita, contiene cientos de habitantes y puede decirse que ya tiene características específicas que al mismo tiempo forman parte de mi identidad.

De acuerdo a José Luis Brea, “lo común se construye” y es por medio de la comunicación que nos vamos edificando poco a poco, después de diálogos, juntas, reuniones y algunos chismes de colonia, las comunidades terminan por tener una identidad propia e identidades individuales que las conforman.

También nos encontramos con comunidades falseadas que, aunque parecen perfectamente conformadas, no son capaces de tener comunicación y sólo son la representación de otra comunidad. Un mundo regido por el capitalismo salvaje en el que accedes a tiendas virtuales, compras con dinero virtual, o permaneces invisible. Plataformas aparentemente libres pero que encarcelan con el uso masivo de información personal que se transforman en un número más de alguna chequera capitalista.

De acuerdo a Platón, en su diálogo “La caverna” todo lo que vivimos es una sombra una representación de lo real. En las comunidades digitales pasa exactamente lo mismo. Tenemos una representación de la realidad pero que al mismo tiempo conforman una “nueva realidad”.

Esta nueva comunidad busca hacer una comunidad de todo el mundo, por primera vez en la historia nos encontramos ante una colectividad en la que la palabra de cualquier persona puede tener ecos ecuménicos. Pareciera que llegamos a la comunidad utópica en la que la democracia, y decir todo cuanto queremos decir, es posible. Parecíamos tener lo que dice Brea: “Una nueva estrategia de resistencia de lucha, de resistencia”. La existencia de la nueva comunidad virtual se rige por la imagen y el movimiento, de la misma forma que de la presencia y la participación, estos compuestos que le dan vida el uno al otro son las características de la nueva comunidad virtual, dichos componentes le dan identidad a una comunidad. De igual forma, la identidad de los individuos pasa a convertirse en un biocuerpo con nuevas formas de comunicación que no son del todo orales.

Y con todo lo anterior, era obvio que también las comunidades artísticas cambiarían, por ejemplo la forma de hacer arte como el oficio de criticarla ha cambiado. Antes de la segunda mitad del S. XX se criticaba al objeto en sí, actualmente se critica a los dispositivos sociales que dan valor al arte: “Ahora se trata de evaluar las efectivas posibilidades de utilización táctica de una herramienta que está ahí alterando el perfil de nuestro mundo y nuestras posibilidades de actuación en él. Los new media, e internet en particular, no son otra cosa que operativos de comunicación eficacísimos: tanto al servicio de los intereses de homologación cultural que conlleva la expansión imperialista de los modelos dominantes contra el servicio, desde el otro lado, en las estrategias de resistencia de afirmación de lo diferencial”.

La gran ventaja de las instituciones artísticas virtuales frente a las instituciones tácitas es la gran megalización de ellas ya que un mayor número de personas pueden visitarla sin depender de las medidas y capacidades exactas de un recinto cualquiera. La nueva unidad de arte ya no es el anuncio o el mensaje, sino la website.

La megalización es tanto su mayor virtud como problema ya que al expandir la capacidad de personas el ruido es mayor impidiendo que muchas voces sean escuchadas y falseando una comunidad entera.Hay una sobrepoblación y saturación de información que desvían al “visitante” de los fines adecuados. Además de que no se cuenta con portales propios sino con un administrador de los mismos, de tal forma que limitan la expresión original y someten a la visibilización.

En conclusión, no tendríamos una identidad específica sino más bien una producción simbólica de la identidad de dicha comunidad y de las obras artísticas. El artista se vuelve un productor que une a las grandes máquinas productoras de identidad, que poco a poco están muriendo.  Con ello nos acercamos día a día a la comunidad imposible, a aquella comunidad que no tiene comunidad, en la que no hay sujetos ni individuos más que la experiencia compartida de su propia incompletud. Así como cuando yo era niña y me cambie de casa a una comunidad que aún no existía y que estaba por conformarse. La nueva comunidad virtual no es más que un sujeto en completa transformación que es todas las identidades y al mismo tiempo ninguna.

Aline Márquez 

HABITAR LA SOLEDAD: REFLEXIONES ACERCA DEL TIEMPO, LA MUERTE Y LA CREATIVIDAD por Soledad Lacorte

HABITAR LA SOLEDAD
Reflexiones acerca del tiempo, la muerte y la creatividad

  1. TIEMPO

Acerca del instante.
Habitar el presente.
Procesos cíclicos.

2. MUERTE

Vivencia de la muerte La muerte del otro.
Eternizar la muerte.

3. CREATIVIDAD

Crear y creer ante la muerte Vivencia creativa.
Diálogo entre la muerte el tiempo y el arte.

INTRODUCCIÓN

El tiempo es una discontinuidad de instantes y su duración una construcción que carece de realidad absoluta y que sólo el hábito permanente permite su repetición y hace que se lo pueda experimentar.
Nuestras representaciones mentales sugieren una aparente realidad del mundo y el tiempo encuentra su concreción y su campo de resonancia en el ser y en los objetos, pero éstos en calidad de impermanentes perecen por necesidad, porque al ir cambiando con el devenir ya nos son los mismos.
Sin embargo el hecho de caracterizar todo lo existente como perecedero y cambiante nos pone en la obligación de encontrar un absoluto en el cual se pueda fluir para entender el tiempo. Es a partir de esto que entre el espacio y el sujeto se establece una relación.
El sistema cíclico de entender el tiempo concibe tres fases de la existencia, la creación, la preservación y la destrucción. Asociados a pasado, presente y futuro respectivamente. En el intento de entender la ciclicidad y el juego entre lo creado y lo destruido se pone en duda a cuál de los momentos pertenecen, si al pasado o al futuro, pero con la contradictoria convicción de que no se puede asegurar si ambos existieron o existirán.
El tiempo es tal porque se basa la acción, en el ser y en el ser en relación a otro. Es en esta instancia donde comienzan a relacionarse la idea de la muerte y creación al concepto de tiempo. En tanto que estamos empujados a la vida y al ser, y porque en el misterio que conllevan estas relaciones es donde se quiebra la forma de percibir y concebir la existencia.
Temporalizar el devenir permite encontrar sentido en la alteridad, en el otro. La muerte en sí misma no ofrece la condición para entender el tiempo pero si deja claro que es con la presencia de otro donde encuentra una referencia, porque es a partir de ahí desde donde cuestiona desde y hacia lo más profundo.
En este debate entre el tiempo y la muerte es que se instala el arte, con la idea de poder llegar a comprender esta dualidad o por lo menos transformarla. La creación artística se da en un presente consciente de sus instantes pero que también tiene su origen en el pasado y en imágenes internas que son la sumatoria de experiencias y percepciones.
A través de las metáforas y de infinitos recursos intenta adentrarse en el futuro, para instalarse nuevamente en el pasado y volver a gestarse. Es en esta intención donde empieza el circuito infinito de búsquedas y desencuentros entre vida y muerte como entidades inseparables.


  1. TIEMPO

Acerca del instante

«¿El próximo instante está hecho por mí? ¿O se hace solo?
Lo hacemos juntos con la respiración.»1

Todo está pensado en torno a la temporalidad, es temática constante en el imaginario humano.
El tiempo sólo tiene una realidad, la del instante, suspendida entre dos nadas; para poder renacer, antes tendrá que morir, no puede trasladar su esencia de un instante a otro, cada instante tendrá una nueva dimensión.
Cada instante se vive y se mueve en soledad y mediante su fuerza creadora nos aísla de uno mismo y de los demás en el pasado, ya que lo va deshaciendo y, en cuanto al futuro, nos lo muestra como un espacio inasible.
Únicamente tenemos conciencia del presente en el presente y sólo en él, es el único terreno donde se pone a prueba la realidad. El pasado que ronda como un fantasma y la ilusión del porvenir son ecos inconscientes que el presente intenta igualar pero sin lograr más que mencionarlo, y aún así el instante que acaba de sonar no es posible conservarlo en su individualidad.
Pero si se quiere consagrar al instante como elemento primordial solo es posible confrontándolo con la noción de tiempo. El tiempo está en la fuente misma del impulso vital, pero lo que realmente explica la vida de una manera indirecta es la duración. A su vez la duración está hecha de instantes sin duración, Bachelard lo explica así con palabras de Roupnel:

“Nuestros actos de atención son episodios sensacionales extraídos de esa continuidad llamada duración.   Pero la trama   continua,   en que nuestro espíritu borda dibujos discontinuos de actos, no es sino la construcción laboriosa y facticia de nuestro espíritu. Nada nos autoriza a afirmar la duración.”2

Entonces la duración no es sino una construcción que carece de realidad absoluta y que imita la permanencia mediante la memoria, la imaginación y otros procesos similares.
La permanencia y duración del tiempo se lo experimenta en la repetición de instantes, del hábito. Nuestras configuraciones mentales sugieren una realidad posible, que solo encuentra concreción en el instante y es en el ser donde encuentra su campo de resonancia, además, necesita de la acción del ser, sólo en el presente momentáneo el ser es tal. No podemos hablar de su identidad ni de la del yo ni de la del ser ni del siendo por fuera de la síntesis realizada por el instante.

Soledad Lacorte “Nada puede esconderse eternamente”
Collage 35x50cm.
Año 2016

Habitar el presente

“¿Mi tema es el instante? Mi tema de vida. Intento estar a su nivel, me divido millares de veces en tantas veces como los instantes que transcurren, tan fragmentaria soy y tan precarios los momentos, sólo me comprometo con la vida que nace con el tiempo y que crece con él; sólo en el tiempo hay espacio para mí.”3 

Para que el tiempo se sujeto de experimentación hace falta otro elemento: el espacio donde medir el tiempo y su transcurrir, del mismo modo no puede haber espacio alguno que no exija la génesis del devenir. El ser entonces es una entidad conformada por un elemento temporal y uno espacial. Pero aún en esta relación entre espacio y tiempo no se puede pensar en una linealidad, el orden ya se presenta como una necesidad del hombre y por el contrario el azar tiene mucha mas injerencia, no es posible esconder el caos bajo un aparente orden, tal vez el problema radique en querer medir en términos lineales cuando en realidad muchos fenómenos se presentan en forma cíclica. El tiempo está vacío de duración, es imposible retenerlo o contenerlo. Lo que ocurre esta fuera del tiempo, no transcurre, siempre está aquí, desplegado en una verticalidad, ajeno al concepto del tiempo lineal.
En palabras de Fredy Parra, en su escrito acerca Emmanuel Levinas:

“El tiempo no es una simple experiencia de duración, sino un dinamismo que nos lleva, más que a las cosas que poseemos, a otra parte. Como si, en el seno del tiempo, hubiera un movimiento hacia más allá de lo que es igual que nosotros. El tiempo como relación con la alteridad inalcanzable y, así, interrupción del ritmo y de sus retornos”4

Para construir un instante complejo y reunir en él un gran número de simultaneidades es necesario romper la continuidad lineal del tiempo. En este dinamismo constante del tiempo es en el que permanentemente estamos creándonos a nosotros mismos.

Procesos cíclicos

“Pero eternamente es una palabra muy dura; tiene una «t» granítica en medio. Eternidad, porque todo lo que es no ha empezado nunca. Mi pequeña cabeza tan limitada estalla al pensar en algo que no empieza y que no termina, porque así es lo eterno. Felizmente ese sentimiento dura poco porque yo no soporto que perdure y si continuase me llevaría al desvarío. Pero mi cabeza también estalla al imaginar lo contrario, algo que hubiese empezado: porque ¿dónde comenzaría? Y que terminase: pero ¿qué vendría después de terminar? Como ves, me es imposible profundizar y apoderarme de la vida porque es aérea, es mi leve hálito. Pero sé muy bien lo que quiero aquí: quiero lo no concluido. 5

¿Cuál es el vínculo entre instantes? ¿Qué nos indica qué es el presente? ¿Cuál es el intervalo que existe entre uno y otro, entre discontinuidad temporal y movimiento temporal?
Es en este movimiento dinámico y vertical en el cual se inscribe el hombre. El tiempo va más allá de una simple experiencia de dinamismo o duración, nos lleva a otra parte, como si en su esencia hubiera un movimiento diferente a nosotros mismos más relacionado con la alteridad inalcanzable e inubicable y así con la interrupción del ritmo y sus retornos.
La alteridad de este presente pasado y futuro me viene y se afirma desde otro. Cuando el yo busca afirmarse e identificarse consigo mismo la alteridad lo lleva en un movimiento insoslayable hacia la soledad, en la cual la simple intención de la libertad no lo arranca de ella si no que ratifica el hecho de que está para siempre consigo mismo. El otro no solo redefine la soledad sino que abre sentido a estas dimensiones temporales.
El tiempo es un dinamismo que va más allá de la experiencia de la duración. Este dinamismo del tiempo es definido por el budismo como un proceso cíclico, desde este punto de vista todo movimiento eventualmente podría volver a suceder.
Desde esta visión la escuela budista denominada Madhyamaka dice que el tiempo no es sustancia ni realidad, no tiene una existencia real pero sí una convencional. Las cosas dependen de otras y así sucesivamente. El pasado el presente y el futuro no tienen una naturaleza intrínseca y sostienen la impermancencia de todo objeto y su naturaleza propia.
La escuela Madhyamaka describe tres puntos u objetos de moción: el espacio que ya se ha cruzado, el que está siendo atravesado y el que aún no se cruza. A su vez los sujetos de moción se clasifican en tres tipos: el que se ha movido, el que se mueve, el que aún no se mueve.
Paralelamente a este sistema cíclico concibe tres grandes fases de la existencia del universo: la creación, la preservación y la destrucción. La preservación puede asociarse a lo que es o está siendo pero la creación y la destrucción son más complejas ya que en apariencia la creación se correspondería con un pasado y la destrucción con un futuro. Sin embargo lo creado es también futuro, lo nuevo se sitúa en tiempo futuro, donde se crea lo que no hay ahora, es futuro respecto al pasado y la destrucción por su parte supone la eliminación de lo que hay o hubo, de este modo puede estar en el pasado o en el futuro.
Así pasado y futuro; creación y destrucción parecen hallar cierta equivalencia, por lo tanto es imposible asegurar su existencia. El único punto de acción es el ser y también su punto de afirmación. Existe, pero en calidad de impermanente.
La impermanencia es la cualidad central de la existencia en donde todo cambia y nada se mantiene igual. Es la capacidad de la realidad de mantenerse en un mismo lugar estado o calidad. Un punto de delicado equilibrio entre aferrarse y no aferrarse.
La impermanencia propone de alguna manera incorporar como parte de la vida la idea de la muerte, no como final sino como parte de un movimiento natural.
Desde la filosofía budista Nagarjuna se dedican a erradicar la noción de naturaleza permanente   del   tiempo  y   sus   tres   componentes   y   aunque   el   tiempo puede descomponerse hasta el infinito no existe átomo indivisible, en consecuencia no puede existir ninguna esencia.
Pero si lo que llamamos tiempo es un devenir entonces existen cambios y por ende transformación, entonces ningún cuerpo existe igual en los tres tiempos. Nada está estático en un absoluto. Intentar ordenarlo es imposible, debajo de su orden figurado existe un caos, el único orden posible es el de la ciclicidad. No hay nada en el futuro que no haya estado en el pasado, al menos como semilla.


2. MUERTE

Vivencia de la muerte 

“Te escribo en la hora exacta en sí misma. Me desarrollo sólo en lo actual. Hablo hoy –no ayer ni mañana–, pero hoy y en este mismo instante perecedero. Mi libertad pequeña y enmarcada me une a la libertad del mundo; pero ¿qué es una ventana sino el aire enmarcado por escuadras? Estoy ásperamente viva. Me voy, dice la muerte sin añadir que me lleva consigo. Y me estremezco con la respiración jadeante por tener que acompañarla. Yo soy la muerte. Es en éste mi ser mismo donde se da la muerte, ¿cómo explicártelo? Es una muerte sensual. Como muerta ando por entre la hierba alta bajo la luz verdosa de los tallos; soy Diana la cazadora de oro y sólo encuentro huesos. Vivo de una capa subyacente de sentimientos: estoy viva a duras penas.”6

A través de conocer la muerte como fenómeno, como acontecimiento natural es que podemos abordar también la vida. Sin embargo hablar de ello significa conectar con aspectos que alguna nos es muy difícil dimensionar y que tal vez sea algo que no lleguemos a entender.
No vivimos para experimentar la muerte, esta no altera el mundo sino que lo termina. Nadie puede sufrir ni experimentar su propia muerte. Es incomprensible, podemos estudiarla y prepararnos pero nuestra propia muerte nos trasciende. Desde nuestra visión y vivencia nos damos cuenta que cuando estamos muriendo no podemos darnos cuenta de que ya morimos, no nos es experimentable. Podemos saber que estamos en el proceso pero no vivimos nuestra muerte completa. La ciencia puede explicar procesos físicos y puede decir como ocurren las cosas en el mundo pero jamás podrá decirnos como es que el mundo existe, como es que la realidad existe, por eso, es ahí donde aparece una actitud mística para intentar responder esas preguntas. Aún así, lo místico no intenta responder como son las cosas en el mundo, sino que el mundo exista. La filosofía tampoco lo hace, pero lo que sí hace es volvernos conscientes de los límites de la razón y al hacernos sentir esos límites insuperables nos demuestra que los de nuestra propia vida son literalmente invivibles e inefables.
En todo este recorrido lo que inspira cierto temor son las representaciones anticipadas que hacemos de la muerte.
La cultura además moldea la forma en que pensamos acerca de la muerte, puede ser vista como un enemigo que hay que conquistar o como parte indivisible de la vida. La cultura da forma también las experiencias de las pérdidas y los rituales que las rodean. Sin embargo la relación que cada uno establece con la muerte se teje en el plano más íntimo, a través de la consciencia personal.

Soledad Lacorte “Nada puede esconderse eternamente”
Collage 35x50cm.
Año 2016

La muerte del otro

“Nosotros; ante el espectáculo de la muerte.”7

El sufrimiento es irremisible del propio ser, nos empuja a la vida y al ser pero también nos acerca a la proximidad de la muerte.
La muerte como misterio supone un quiebre del modo de percibir la experiencia, la muerte es una gran incógnita.
El hecho de que la muerte se escape al presente remite a su incomprensión y nos lleva al punto donde ya no podemos poder, es la imposibilidad de tener un proyecto.
Ante la experiencia de la proximidad de la muerte estamos en relación con algo que es absolutamente otro. Como se hace para seguir siendo sí mismo en medio de una existencia a la que inevitablemente le acontecerá morir.
Solo se enfrenta a esa situación en la relación con el otro. Nos encontramos con la muerte en el rostro de los demás. Esta me concierne, me cuestiona desde lo más profundo y afecta la identidad, no cabe entonces sino responsabilidad.
Cada muerte es única como la presencia de cada persona, la intención de la necesidad de la muerte surge a continuación. El otro se convierte en símbolo de todos los demás, donde la experiencia de la muerte del otro no puede ser la propia pero su significación es tan insondable que pertenece a la experiencia personal.
La muerte no puede separarse del misterio del amor y de los vínculos, la muerte del otro no es sólo un saber sobre la muerte, sino una vivencia intensa que desarticula cualquier intento de racionalizarla.

Eternizar la muerte

“Pinto ideas, pinto el más inalcanzable «para siempre». O «para nunca», da igual.”8

Frente a la muerte y más particularmente frente a la muerte de otro cercano se ponen en juego aspectos muy sutiles y conexiones muy profundas. Acompañar a morir puede ser un momento trascendental o solo una faceta más de la vida.
Cuando morimos, todas las pérdidas que podríamos experimentar se combinan en una sola perdida, total, en todo su sentido.
Vivir la proximidad de la muerte desde un lugar de compromiso con uno mismo, con los otros y con la naturaleza es una gran oportunidad para llegar al entendimiento con la propia vida, del modo más inspirador y transformador, para acercarse a su verdad.
Asistir a quien está muriendo es un comienzo para volvernos libres de temor y responsables respecto al propio morir. Afrontar los propios miedos permite ayudar a otra persona a exponer sus temores a aceptar lo que han sido o lo que han hecho.
Aprender a soltar y soltarse en ese momento constituye un acto de libertad inmenso. Vivimos en este campo del tiempo, pero lo que se refleja en él es la manifestación de un principio eterno. La experiencia de lo eterno, sea lo que sea la eternidad, está aquí.


3. CREACIÓN

 Crear y creer ante la muerte

 “Debería existir una pintura totalmente libre de la dependencia de la figura –el objeto– que, como la música, no ilustra nada, no cuenta una historia y no lanza un mito. Esa pintura se contenta con evocar los reinos incomunicables del espíritu, donde el sueño se convierte en pensamiento, donde el trazo se convierte en existencia.”9

Cuando se tiene una experiencia del misterio, se sabe que hay una dimensión del universo que no es lo que nos llega a través de los sentidos. Vivir en algo más grande que la dimensión humana o tan inevitable como la muerte, nos lleva a personificar o simbolizar estas fuerzas naturales.

Vivir este campo del tiempo en donde lo que se refleja es la manifestación de un principio eterno, como es la búsqueda de trascendencia, la experiencia de lo que se es, es plasmada en un plano simbólico.
Pero la eternidad no pertenece al tiempo, está mas allá de él, es sobre la experiencia que de él tenemos que todo sucede. Poder ver detrás de los fragmentos del tiempo y de las rendijas que se nos aparecen es una de las funciones del arte, del éxtasis de estar vivo.
Entre dos instantes en el que se abre todo el intervalo, todo el abismo que separa el presente y la muerte es en el que queda siempre un lugar para la esperanza.
En las imágenes visuales se relacionan muerte y tiempo. La representación es puro presente y la persona que piensa por la representación es un ser que escucha su pensamiento y su corazón.
La alteridad entre pasado, presente y futuro tiene su correlato en la visión del tiempo que juega entre creación, preservación y destrucción. Formas de ver y entender el tiempo inherentes también a la creación artística que viene a sumar algo absolutamente nuevo a la manera de vivir el tiempo y que tiene que ver con trascender y trascenderse en el afuera y para otros.
La muerte y el arte mantienen una relación muy estrecha, el arte en todo el despliegue de creatividad encuentra mil maneras diferentes de acercarse a la representación de la ella.
En la creación se gesta la idea en profundo contacto con lo que nos antecede, creamos a partir de un horizonte de vivencias que nos constituyeron y nos constituyen.
Los tiempos o temporalidades en el espacio creativo son el resultado del entrecruzamiento simultáneo de varios tiempos, internos y externos.
En la creación se articula lo dado, lo imposible y los posibles y se trabaja en la reorganización en todos los sentidos de estas instancias. Convocando así a redes de sentido que se relacionan con la instancia de preservación y vinculadas al presente, estos elementos se constituyen abiertos a múltiples significados y en ellos coexisten diferentes rostros de la temporalidad.
Cuando la creación se vincula con el futuro o destrucción de la temporalidad, es la forma que tiene de resignificarse y gestar nuevas posibilidades. La destrucción o desconstrucción son una incógnita ya que los recorridos y recursos de la creatividad son infinitos en cuanto a su peculiar manera de procesar y expresar el sentido final.
En el acto creador ser y deseo pactan por un instante para volver luego a ese perpetuo desgarramiento del ser entre pasado y futuro. Las imágenes que emergen constituyen el lenguaje íntimo que nos permite arribar a diferentes niveles de autoconocimiento. De alguna manera el caos bajo el cual vivimos encuentra un ámbito en el cual puede expresarse libremente así como también puede encontrar un cierto orden. Pero en la ciclicidad nada tiene un orden fijo, por lo tanto lo que ayer fue semilla y hoy expresión puede ser que mañana vuelva a su origen o se esfume dando paso a otras posibilidades.
En la condensación de lo finito y lo infinito, a la cual podemos denominar inagotabilidad se abre paso una infinitud que no excluye la muerte, sino que la incluye como momento donador y transformador de forma.
Una eternidad intensiva que no es lo contrario de infinito.

Vivencia creativa

“No quiero preguntar por qué se puede preguntar siempre por qué y seguir siempre sin respuesta: ¿consigo entregarme al expectante silencio que sigue a una pregunta sin respuesta? Aunque adivine que en algún lugar o en algún tiempo existe la gran respuesta para mí. Y después sabré cómo pintar y escribir, después de la extraña pero íntima respuesta.”10

La improvisación es una de las llaves maestras de la creatividad. La creación espontánea surge de nosotros mismos y de nuestra particular originalidad. No todo puede expresarse en palabras, hay niveles preverbales que tienen que ver con el espíritu y que para abordarlos tenemos recursos internos con los cuales iniciar un trabajo lúdico. La improvisación es extemporánea, eso significa que está fuera del tiempo y a su vez desde él se alimenta; de lo inesperado de la vida.

 

Soledad Lacorte “Nada puede esconderse eternamente”
Collage 35x50cm.
Año 2016

El secreto que conlleva vivir la experiencia creativa es la de develar la zonas oscuras y de temor que llevamos dentro y liberar al mismo tiempo un lenguaje interior que va a encontrar su reflejo en la obra. Descubrir que en el juego entre improvisación y concreción surge la libertad y la posibilidad de trascender es lo que habilita la posibilidad de experimentar la vida y entregarse a ella aún estando cerca de morir. Permite expandir horizontes internos, elaborar y resignificar los miedos y conflictos.

“Procesos creadores impulsan arribos a diferentes niveles de conciencia, establecen aprendizajes en acceso y en el trabajo con esos niveles de conciencia, por los cuales el pensamiento que activan, la sensibilidad y los contenidos de imágenes   que emergen, constituyen mundos en estado de renacimiento, descubrimiento e incesante expansión.”11

Las imágenes creadas que surgen de la intuición forman parte de del inconsciente colectivo, se suman al incesante flujo de expresiones individuales. Estas expresiones son el fruto de la conexión con el presente y sólo en el presente es que se manifiestan. Contienen en sí mismas un instante que empieza a circular en el tiempo para atravesarlo y dar sentido el hecho de terminalidad con el que estamos en el mundo.

Diálogo entre la muerte el tiempo y el arte

“El mundo por un instante es exactamente lo que mi corazón pide. Estoy dispuesta a morirme y a constituir nuevas composiciones.”12

La razón de la obra es trascender el tiempo, la angustia frente a la muerte y la idea de mortalidad del ser humano. Ante la inminencia de la muerte se abre el campo de la creatividad porque el ser intenta permanecer en el tiempo, en el presente y en la memoria colectiva. La huella personal en las obras enlaza los tiempos; parte de la fugacidad de la vida surge como metáfora del deseo inconsciente de escapar a la muerte.
La linealidad pierde su sentido. La obra pasa a ser un instante en el que se concretan todos los instantes. Una mirada de estabilización momentánea en un determinado tiempo y lugar.
La angustia de durar que plantea la individualidad está ligada a la integración de la existencia; al mundo de las cosas que es canalizado en las producciones.
La obra es la encargada de vincular el tiempo biológico y el tiempo histórico, el tiempo interno y el tiempo externo en una sincronía incesante, manteniendo viva la memoria a través de esa impronta que evoca la ausencia.
En la necesidad de vincular lo que nos es propio como lenguaje y su representación tomamos contacto con nuestra soledad, en ella esta nuestra verdad, desnuda de apariencias, aguardando para ser expresada. Cuando se habita en la soledad desde la responsabilidad con uno mismo, nuestro espacio interno se enriquece y empezamos a escuchar con nuestra claridad nuestra propia voz.


CONCLUSIÓN

Mañana o la próxima vida, nunca sabremos lo que llegará primero.
No existe nada que sea constante, nada posee el carácter de duradero, lo que produce angustia al afrontar la muerte y la fugacidad del tiempo es que ignoramos el sentido de la impermanencia.
El universo entero es transformación constante, la impermanencia lo constituye y nos constituye. No existe nada que podamos calificar de sólido o duradero. Sólo el instante presente nos pertenece realmente y aún siendo así, es imposible retenerlo.
Cuando aceptamos la muerte transformamos lo que nos sucede y la forma de habitar nuestro aquí y ahora. La vida está hecha de muertes y nacimientos constantes, como una danza del cambio. En todo momento se oye el sonido de la impermanencia, hasta los pequeños cambios son pequeñas muertes. A su vez genera temor porque puede parecer que nada es real, sin embargo en el fondo es generadora de un movimiento vital intenso desde lo más infinito como el universo hasta lo más íntimo y espiritual que nos constituye. Entramos en consonancia con nuestra soledad, sola, pero no desolada. Existe algo que sobrevive a la muerte y al sentido de estar vivo, difícil de conceptualizar y catalogar y tiene que ver con nuestra manera única de experimentar el misterio del presente. Y si además tenemos la posibilidad de que nuestras representaciones y relatos internos encuentren materialidad en el afuera a través de la creación de nuevos lenguajes, propios y originales de cada uno, la vivencia que tenemos de la muerte y el tiempo puede cambiar radicalmente de sentido. El arte es un terreno fecundo para tomar conciencia y el sujeto creador está inmerso en actos de libertad; activa una red de relaciones inagotables en la cual él se instaura como eje en su propio estar vivo y puede construir así su propio lenguaje simbólico, puede navegar mar adentro, a la deriva, pero no a ciegas. Vivir con la muerte cómo limite nos obliga a cambiar nuestros propios límites y no se trata de romperlos para ser libres nada más, sino para trascenderlos.

1 Clarice Lispector, “Agua Viva”. Ediciones Siruela. 1973

3 Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

4 Parra, Fredy, “EL Tiempo,el Otro y la Muerte a través de Emmanuel Levinas”, Teología y Vida. Vol. L.2009. p 575

5 Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

6 Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

7 Clarice Lispector, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

8Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

9 Lispector, Clarice, “Agua Viva”, Ediciones Siruela. 1973

10 Clarice Lispector, “Agua Viva”. Ediciones Siruela. 1973

11 Fiorini, Héctor Juan, “El Psiquismo Creador”, Editorial Paidós Psicología Profunda. 1995. p. 65

12 Clarice Lispector, “Agua Viva”. Ediciones Siruela. 1973

Bibliografía

Bachelard, Gastón. “La Intuición del Instante”. Fondo de Cultura Económica. (1932) Campbell, Joseph. “El Poder del Mito”. Colección Reflexiones. Emece Editores. (1991) Fiorini, Héctor Juan, “El Psiquismo Creador”, Editorial Paidós Psicología Profunda.1995

Lispector, Clarice “Agua Viva”. Ediciones Siruela. (1973)

Muñoz. Adrián, “Kalacakra: breves consideraciones en torno al tiempo” Acta Poética 32-2 (2012)

Nachmanotvich, Stephen “Free Play. La Improvisación en la Vida y en el Arte”. Editorial Paidós. Entornos 1 (2009)

Olivé León, “La Muerte. Algunos Problemas Filosóficos” Revista Ciencias. N° 38 (1995)

Parra Fredy. El tiempo, el otro y la muerte a través de Emmanuel Levinas”. Teología y vida. Vol L (2009)

Parralo Aguayo, Carmen. “Huella y Framentos. Dos Constantes Expresivas del Artista Contemporáneo Ante la Muerte. La Angustia Creadora.” Tesis Doctoral Universidad Complutense de Madrid. (2005)

Rimpoché,Sogyal. “El Libro Tibetano de la Vida y la Muerte”. Ediciones Urano.( 2015)

Seminario
Fugacidad y Muerte: Imagen, Sonido y Palabra
Docente: Elizabeth Susana Vega
Año 2017

RENE MAGRITTE Y LA VISIÓN DEL DESPOJO. DOS EJEMPLOS PICTÓRICOS: L’ASSASSIN MENACÉ (1927) Y LES AMANTS (1928) por Fatima Alba

“El poeta es aquel que sorprende la relación oculta que existe entre las cosas más lejanas, los secretos hilos que las unen. Hay que pulsar aquellos hilos como las cuerdas de un arpa, y producir una resonancia que ponga en movimiento las dos realidades distantes. La imagen es el broche que las une, el broche de luz. Y su poder reside en la alegría de la revelación, pues toda revelación,   todo   descubrimiento,   produce   en   el   hombre   un   estado   de entusiasmo”.

Vicente Huidobro


I

A inicios de la década de los cuarenta era frecuente ver en Nueva York, según el testimonio de Robert Motherwell, a tres o cuatro viejos surrealistas, acechando las vidrieras de la Tercera Avenida en busca de objetos maravillosos. Sus rostros pétreos, multiplicados por los ángulos espectrales de los vidrios, eran anónimos entre los miles de hombres que llovían desde las ventanas de aquella erupción de rascacielos donde todos andan siempre de prisa.

Un hallazgo entre las antigüedades era para los surrealistas una oportunidad nueva para el asombro. Agotar lo insulso de las cosas, despojarlas de su uso original e insertarlas en un plano imaginario era cuestionar al elitismo artístico y al «buen gusto». Mientras, en Francia Jean Moulin se lanzaba en paracaídas y la Resistencia no era más que “una prensa clandestina (…) y una conspiración”.1 Europa, como Saturno, devoraba a sus hijos. Los enfrentaba una vez más al tráfago militar y a la miseria humana.

Se había disuelto aquella época en la que cambiar al mundo significaba regresar a los hombres a un estado de ensueño y de inocencia infantil.

Surrealistas en el apartamento de Peggy Guggenheim en Nueva York, 1942. Primera fila: Stanley William Hayter, Leonora Carrington, Frederick Kiesler, Kurt Seligmann. Segunda fila: Max Ernst, Amedee Ozenfant, Andre Breton, Fernand Leger, Berenice Abbott. Tercera fila: Jimmy Ernst, Peggy Guggenheim, John Ferren, Marcel Duchamp, Piet Mondrian.

Ya en el primer manifiesto surrealista, fechado en 1924, André Breton exponía:

“Si [al hombre] le queda un poco de lucidez, no tiene más remedio que dirigir la vista hacia atrás, hacia su infancia que siempre le parecerá maravillosa, por mucho que los cuidados de los educadores la hayan destrozado. En la infancia, la ausencia de toda norma conocida ofrece al hombre la perspectiva de múltiples vidas vividas al mismo tiempo; el hombre hace suya esta ilusión; sólo le interesa la facilidad momentánea, extremada, que todas las cosas ofrecen”.


II

 «Para que mi madre no deshabitara mi memoria, decidí ser un niño toda mi vida”.

Rene Magritte

Regine Magritte llevaba doce días encerrada en su habitación. Su marido, Leopold había echado llave a la puerta para ponerla a salvo de sí misma.

Al otro lado de la ciudad, un reportero construía una bicicleta con partes recolectadas del basurero; un japonés inmigrante inauguraba con «vuelo de pez» la primera piscina pública.

Tres años atrás, Leopold había lanzado al río todos sus cuchillos. Conservó en su bolsillo izquierdo una navaja que le había obsequiado un marinero de Normandía y que envolvía en una hoja de calendario.

Rene colocaba una escalerilla sobre la fachada de su casa para entrar por la ventana y alimentar a su madre. Manzana y un huevo duro todos los días. A veces naranjas agrias. A veces queso, pan y vino.

El 12 de marzo de 1912, el reportero viajaba en su bicicleta a pedido de la policía. El nadador japonés había encontrado un cuerpo de mujer flotando por el río.

En el pie izquierdo del cadáver, el oficial Lambert Gaunaissï colocó una etiqueta de cartón con la leyenda: «no identificada».

El cuerpo fue trasladado más tarde a la morgue. Una enfermera anciana aseguró que se trataba de la esposa de Leopold Magritte, el comerciante conocido como “señor rostro de manzana”. Rene, su hijo tenía entonces 14 años.


III

“El surrealismo no es un medio de expresión nuevo o más fácil ni tampoco una metafísica de la poesía, es un medio de liberación total del espíritu y de todo lo que se le asemeja”.

ANTONIN Artaud

El surrealismo había sido la presencia telúrica que renovó el espíritu vital de las artes; también fue la ampliación de la referencialidad bajo el amparo del azar, la fantasía y la originalidad, como lo soñó Rimbaud en el pasado. Era el trastocamiento de las formas aparentes para poner sobre la mesa de disección una máquina de coser y una sociedad burgesa en plena crisis de valores.

La mirada se ensanchó para guiarnos por coordenadas plásticas inexploradas en la selva del arte de las formas.

Carlos Fuentes afirmaba que:

“La visión del arte es la mirada inconclusa, la historia pasajeramente narrada. (…) El problema del espectador no es sino las infinitas maneras de ver y de contar el material. (…) La historia del arte es inseparable de la historia de sus prohibiciones. Pero las decisiones más hieráticas y autoritarias sobre qué es real y qué no lo es, qué puede ser visto y qué no debe serlo (…) no han conseguido imponer una manera totalmente cerrada de ver”.

Ver aquello tangible, vivo, para vaciarlo en un material. El surrealismo intentaba «disecar» la realidad para entenderla, desarmándola y despojándola de toda formalidad, alejándola de la esclavitud que implica «ver lo real» en una obra de arte.


IV 

“La imaginación se sobrepone a la vida, con lo que ésta deja de ser vida real. Es fuera de esa vida real donde está la verdadera existencia”.

Rene Magritte

Los recuerdos van construyendo una patria invisible dentro de Magritte. Fluyen como soñados resucitando frecuentemente a esa madre muerta en el río con el rostro cubierto por un camisón. Al contrario de los otros surrealistas, Magritte no estaba interesado en lo esencial en los procesos del automatismo o del subconsciente pero, de manera involuntaria, su obra se adscribía al movimiento; en muchos casos lo nutría con la fecundidad de ese diálogo oculto que establecía con el espectador.

Schneede señala que “Magritte odia la contemplación —“el cuadro perfecto no permite la contemplación, sentimiento trivial y desprovisto de interés…”—, y pide una participación intelectual en sus cuadros, que son instrumentos para pensar; metamorfosis de ideas en imágenes”.

Magritte rechaza dibujar la realidad que se muestra frente a sus ojos, no pretende particularizar aquello que pinta ni desea que quien mira sus cuadros tenga la ilusión de lo real. Esto explica su falta de interés en crear acabados perfectos.

Bachelard, en su poética de la ensoñación sostiene que:

“Suavizar, borrar el carácter traumático de ciertos recuerdos de infancia, tarea saludable del psicoanálisis, equivale a disolver esas concreciones psíquicas formadas en torno a un acontecimiento singular. Pero una sustancia no puede disolverse en la nada. Para disolver las concreciones desdichadas, la ensoñación nos ofrece sus aguas calmas, las aguas oscuras que duermen en el fondo de toda vida. El agua, siempre el agua viene en ayuda de nuestra tranquilidad. De todos modos los ensueños reposantes necesitan encontrar una sustancia de reposo”.

Para satisfacer vicariamente la necesidad de ser otro y no percibirse a sí mismo con temor fue necesario el despojamiento nacido de la imaginación.

A Magritte, la realidad en su crudeza lo obligó a pintar una versión maravillosa de lo real, es decir, reinventar la naturaleza y los objetos de la cotidianidad para conferirles nueva vida soñada. Rearmar la memoria para ver, para verse, y analizar la escena ya sin dolores que la desfiguraran. Magritte desliza el pincel con aceite coloreado para recomponer su espejo roto. De ese modo, le confiere al lienzo-espejo una cualidad de ventana doble, que facilita la comprensión de sus huellas vitales como si de un extraño se tratara.

“Reparar” la realidad a través del arte; retratar aspiraciones, rutinas, pesadillas y figuras aterradoras para comprender el mundo y explicarlo para sí mismo en un acto emparentado con la psicología freudiana y con la imitación de un poder divino.


V

“El arte, desde los orígenes mismos de nuestra cultura, se concibe como recordación y experiencia de la vida inmediata o, contrariamente, como escape ante la inmediatez y vuelo hacia lo trascendente. En cualquier caso, el arte es una frontera objetual de los sentidos para, desde su presencia, encontrarse con la realidad, ya inmediata o ya trascendente”

Benjamín Valdivia

Los Amantes

El amor es un juego de ocultamiento. Los amantes exploran sus cuerpos lejos de todo y de todos. El amor los sustrae del mundo que les parece nuevo e indescifrable en la mirada que comparten. Nadie participa en su juego secreto hasta que pasa el tiempo y el mundo comienza a despojarlos de lo ideal. El cuerpo del amante es también un espacio que permite delinear los contornos de la noche y despertar a la claridad de la revelación individual.

“La cabeza humana es la imagen del mundo” según Platón. En “Les amants” de Magritte,   los protagonistas de la pintura se observan como dos cadáveres cubiertos, como seres desconocidos y ciegos del rostro del otro. Sus cabezas, es decir, sus imágenes del mundo, son invisibles. Algunas escenas de los antiguos misterios muestran a los iniciados espirituales con la cabeza envuelta en una capa. Lo que cubre la cabeza es el símbolo de la represión de vuelve invisible un contenido psíquico.

¿Y qué es el amor si no dar lo que no se tiene a quien no se es?, proteger las propias revelaciones desconociendo al mundo, a sí mismo y al que se ama.

Denis de Rougemont, en su texto “La persona, el ángel y el absoluto” refiere: “En el amanecer del tercer día que sigue a la muerte terrestre, se produce el encuentro del alma (del hombre) con su yo celeste a la entrada del puente Chinvat… en un decorado de montañas llameantes en la aurora y de aguas celestiales. En la entrada se yergue su Daena, su yo celeste, mujer joven de refulgente belleza que le dice: “Yo soy tú mismo”.

Como símbolo de trascendencia —o de transición— , en el fondo del cuadro, un umbral donde lo sagrado y lo profano se unen, los amantes representan fuerzas de advertencia y custodia. Dan origen, a su vez, al umbral de la vigilia y el ensueño.

En el cuadro, el color separa la cabeza del cuerpo. Herbert Kühn, en L’Ascension de l’Humanité escribe “la decapitación (…) mara el instante en que el hombre advierte la independencia del principio espiritual respecto de la totalidad vital representada por el cuerpo, y sólo entierra la sede del espíritu”. En los amantes representará el darse en cuerpo pero no en espíritu ni en conciencia.

Otra interpretación posible es el hastío. Los amantes, al pasar el tiempo, se han convertido en dos desconocidos, separados mentalmente, unidos solamente por la blancura del vacío. Blanco de la pureza, blanco de la paz. «La poesía se hace en el lecho como el amor» escribió Breton.

Para la tradición oriental el blanco es el color de la transición, puente blanco entre dos mundos, el de los vivos y el de los muertos. Para occidente, es el blanco de la piedra sepulcral, el blanco de la concordia entre dos enemigos, el blanco de un vestido de novia. Ese fulgor blanco es la misma pincelada de la nube, atravesada por una paloma blanca que observa desde las alturas el lecho donde   los   amantes   han   jugado   a   transferirse   las   almas   que   los   habitan.   Magritte pintó el blanco sucio como el ala del cisne viejo que raya el agua con trazo accidentado. La proximidad de los amantes es un hilo de sangre que cruza el hielo.


VI

“El surrealismo se volvió nuestro más vasto museo imaginario, ya que no se limitó al arte. Allí, el hombre de este siglo, conversa con imágenes literalmente arrancadas a todas las creencias abolidas. El hombre no quiere, en lo sucesivo, relacionar todas esas imágenes de origen místico o religioso más que consigo mismo, con su poder poético fundamental secundado por alguna oscura complejidad de la naturaleza”

JEAN StarobisnskI

El Asesino Amenazad

Magritte aspiraba a introducir planteamientos por encima de presentar soluciones. Pintaba a modo de bromas o juegos mentales, testimonios del deslumbramiento.

La sombra de los objetos en Magritte no imita las ausencias de luz sobre lo real, reproduce la armoniosa escala de grises interna del pintor. La paleta de Magritte, podríamos decir, es tan emocional como la de Van Gogh, que inventa tonalidades para SER en el lienzo.

Los «buenos cuadros» convierten el mal en bien, lo perfecto es imperfecto en ellos —o viceversa según sea el caso—, porque avivan en el espectador ese fuego que incendia toda regla, todo principio y los transforma en un ejercicio de observación desde el ensueño.

Magritte pintó “El asesino amenazado” orillado por su fanatismo hacia la serie “Fantômas”. Las portadas macabras de estas historietas de bajo costo encontraron la manera de amalgamarse en una broma gráfica de humor negrísimo, que si bien homenajeaba al personaje de la película de Louis Feuillade (1913), exhibía parte de la experiencia aterradora del propio Rene Magritte al revelarnos la atmósfera de la tarde en la que el cuerpo de Regine Magritte (que yace en el diván como figura central [es un diván dado que Magritte afirmaba que era su auténtico homenaje al Dr. Freud]) fue reconocido en la morgue por Leopold, el padre de Magritte, (que aparece representado como el hombre que escucha la música, pues luego del episodio que marcaría definitivamente a la familia, el padre dejó de hablar por cinco años y su única rutina consistía en llegar a casa y escuchar ópera).

Al fondo, en la ventana, se aprecian tres figuras masculinas, que son en realidad Rene Magritte y sus dos hermanos.

Los hombres que usan bombines son: a la izquierda el japonés (con una macana pues fue quien pidió ayuda a la policía); a la derecha el periodista (que tiene en sus manos la red de pescar con la que rescataron los restos de la madre de Magritte; —la red también alude a que Rene Magritte siempre calificó a los periodistas como “una red de sucios murmuradores dedicados a ganar dinero a costa de pescar peces gordos o peces inocentes”).

Mircea Eliade desarrolla motivos del simbolismo del cielo en un aspecto menos abstracto y cosmogónico. El azul del cielo es el velo con el cual se cubre el rostro la divinidad. Las nubes son sus vestiduras. La luz es el óleo con que unge su cuerpo inmenso. Las estrellas son sus ojos.

Magritte fue un pintor literario que propuso una solución poética para los objetos. En una ocasión afirmó que él era “un hombre que pensaba y que comunicaba su pensamiento a través de la pintura al igual que otros lo hacían escribiendo música o palabras”. Su obra recoge lo esencial y cobra un nuevo sentido frente a la enfermedad de la avidez mediópata de nuestro tiempo, en el que la verdad se desplaza a un segundo término frente a la apariencia, en la que representar es la única forma de ser y de vivir.

.1 Alusión al Traslado de las cenizas de Jean Moulin al Panteón. Discurso de André Malraux pronunciado el 19 de diciembre de 1964. http://www.vgroupnetwork.com/foro/46636IjeanImoulinIheroeIdeIresistenciaIfrancesaI imprimir.html

Seminario
Fugacidad y Muerte: Imagen, Sonido y Palabra
Docente: Elizabeth Susana Vega
Año 2017

EJERCICIO FINAL DEL CURSO FUGACIDAD Y MUERTE: IMAGEN, SONIDO Y PALABRA.

CURSO FUGACIDAD Y MUERTE: IMAGEN, SONIDO Y PALABRA

Los artistas procuran acentuar el sentido de algún concepto incorporando en sus obras contrastes para hacer más evidente la diferencia entre elementos que nos lleven a pensar en el paso del tiempo. Así, este curso trabaja como hilo conductor la interpretación y la producción creativa. El objetivo principal del mismo se enfoca en que los cursantes puedan abordar las diferentes perspectivas de dos tópicos recurrentes en la literatura: la fugacidad del tiempo y su vinculación inmediata con la muerte.

La literatura, como medio para identificar, analizar e interpretar la subjetividad de las diversas obras artísticas, permite, semana a semana, transformar el instante en un espacio en el que se experimente una aventura intelectual entretejida con hilos finos de osadía, creatividad y generosidad.

Los cuatro ensayos presentados a continuación son el producto de creación de cuatro participantes de este curso. En estos textos se refleja:

  • la aventura intelectual que les permitió explorar, preguntar y repreguntar sin miedos;
  • la osadía que les posibilitó, sin obstáculos que se les resistan, descubrir diversas artes que nos enfrentan desde hace siglos a nuestro ¿enemigo?: el tiempo;
  • la creatividad que les permitió explorar y recorrer diversos mundos posibles en los que jamás se retrocede (ni por falta de tiempo, ni por falta de ánimo ni por falta de motivación);
  • mientras que la generosidad les dio el acceso a compartir saberes, enfrentar sus propios saberes con otros pensando solamente en que lo importante es la construcción de conocimiento.

El tiempo, muchas veces, para avalar aquellos instantes de pensamiento, se instala en nuestra vida como una narración provisoria, para armar un libro infinito. Durante el recorrido de este curso, cada participante experimentó cómo ese libro se nos presenta en un formato de palimpsesto en el que escribimos, a través del arte, una y otra vez su efímera presencia en nuestra vida.

En cada ensayo, las autoras toman un lugar y un tiempo que se flexibiliza en cada uno de los ocho módulos del que se compone el curso para, a partir del arte, construir instantes eternos, llenos de belleza y de inmortalidad que se reflejan en cada una de tus producciones.

Elizabeth Vega

 

HABITAR LA SOLEDAD
Soledad Lacorte

RENE MAGRITTE Y LA VISIÓN DEL DESPOJO. DOS EJEMPLOS PICTÓRICOS:  L’ASSASSIN MENACÉ (1927) Y LES AMANTS (1928)
Fatima Alba

EL TIEMPO COMO MEDIO DE EVOLUCIÓN ASINCRÓNICO DE NUESTRA IDENTIDAD
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SILENCIO HOSPITALARIO: DESDE LA ESTRUCTURA HASTA LOS/AS QUE LO CONSTITUIMOS, ¿UNA DECONSTRUCCIÓN A TRAVÉS DEL ARTE? por Lorena Salamendy

SILENCIO HOSPITALARIO: DESDE LA ESTRUCTURA HASTA LOS/AS QUE LO CONSTITUIMOS, ¿UNA DECONSTRUCCIÓN A TRAVÉS DEL ARTE? 

“En este mundo sólo hay dos cosas que merecen la pena: el estudio y el derroche”
Vila-Matas, Enrique, El viajero más lento, op. cit., p. 51.

El edificio la estructura hospitalaria es un agente protagónico dentro del proceso salud- enfermedad-atención; ya que el espacio físico es un espacio simbólico que involucra las percepciones y sentidos que los usuarios le otorgan al espacio en que se desenvuelven. Estéticamente es una arquitectura rígida sin color, pasillos y salas no identificadas las puertas de los consultorios siempre cerrados y las salas de esperas atiborradas de gente sentada sigilosa esperando a ser llamados. Tal vez no sea otra cosa que la quietud que experimentó Cage, descripta por James Pritchett, con la esperanza de generar un ruido o ruptura de un encuentro hacia algo. Los que somos parte como efectores/as de salud hacemos nuestro trabajo con la lógica de mercado entregamos un producto generalmente protocolizado, estructurado una forma de dar respuesta a algo ya estudiado aprendido en grado que tiene una repercusión inmediata, aliviar dolor, quitar dolencia siempre que se pueda, generalmente el resultado obtenido por el/la “paciente” es morbilidad, mortalidad o curación. La ciencia, lo científico realiza una escucha a medias, evalúa y observa desde la mirada médica únicamente a un cuerpo. Es decir realiza una comunicación desde estructuras cerradas, rígidas ya establecidas (sala vacía). Entonces: Sí, la institución hospitalaria da respuesta a una dolencia, a una enfermedad ante la demanda de “alguien” actuando en causa –efecto; ¿podría el arte cumplir un rol en estas instituciones? ¿Cómo haría John Cage para generar un silencio en tres movimientos? ¿Sirve este tipo de acciones? ¿A quien estaría dirigido? ¿Qué efectos podría cumplir? —John Cage, « ¿Hacia dónde vamos? Y ¿Que hacemos? »1

El artista Daniel Duarte Loza, en el artículo “Hacia el Arte Indisciplinario: “Algunas reflexiones y una acciónpropone el concepto de indisciplina salir de las formas establecidas para generar un campo de formación del arte diferente, tendiente a la expansión y no a la mera contracción, limitada a compartimentos estancos y cerrados asociado, frecuentemente al ámbito de lo militar– en tanto regulador y ordenador riguroso del individuo. (Duarte Loza, 2012) que desvinculan lo social y la subjetividad de los sujetos.

Utilizar recursos artísticos para posibilitar un espacio de intercambio social, -un intersticio-2, que genere una comunicación más humana y con ritmo diferente al que impone la vida cotidiana del hospital (Bourriaud, 2008), así el arte como acción como un instrumento permite reflexionar sobre el conflicto que genera el saber establecido basado en el paradigma modelo medico hegemónico (Menéndez, 1988), lo cual ese silencio edilicio pueda ser resignificado dando lugar al uso de un propio lenguaje, construidos a partir de recursos basados en el arte, como la utilización de la performance como herramienta para desactivar la condición científica de la correspondencia entre forma y contenido (Blasco, 2013); o el paisaje sonoro para relacionar la dolencia , el estrés. En fin un abanico de posibilidades para abordar desde otras investigaciones el proceso de salud-enfermedad-atención. Con el objeto de: Implementar acciones de comunicación (revista hospitalaria); Visualizar espacios hospitalarios olvidados (salas de espera, sala de emergencia, sala de internación, espacio verdes hospitalarios); Documentar, registrar el impacto de las acciones; y Generar líneas de investigación.

Cuando releo, esta gran pregunta, este acercamiento a una disciplina que llamo ARTE, aún me pregunto: ¿Que es arte, para mí? , no dejo de pensar en ese auto etnografía tan referencialmente caprichosa, narcisista y llena de poesía vacía, incógnitas personales y una escritura que poco dice de algo, pero que se aproxima a un descubrimiento. Pienso en ¿Que quiero hacer?

Pegar con cinta papeles de notas en una pared específica del hospital (sala de guardia). Registrar con audios el relato de los pacientes crónicos

Poner música en sala de internación (Sala 1 y Sala 3 de mujeres y varones), y la entrega de libros en ese mismo momento.

Registrar el sonido del hospital

Colgar del techo guardapolvos blancos Pintar una pared de color negro

Hacer un taller de canto, percusión en el patio del hospital, para los que trabajamos ahí. Hacer una huerta en el hospital

Generar un museo a cielo abierto

Conclusiones

Problematizar el concepto de enfermedad; así como discutir su reducción que se hace sólo al ámbito fisiológico-anatómico, que deriva en acciones tecnócratas y modificaciones conductuales dónde la lógica causa-efecto deviene como un modo único de abordaje. Y Por otro lado, el espacio físico también es un espacio simbólico, por lo que se debe incorporar las percepciones y sentidos que los usuarios le otorgan al espacio en que se desenvuelven. Es importante que el hospital, como institución pública, genere herramientas y abra espacio para que las personas que le dan vida se vean reconocidas. Así, desde múltiples intervenciones artísticas, se puede dar comienzo a un proceso de identificación y cohesión entre el espacio hospitalario y los sujetos.

Buscando promover la salud y el bienestar de la comunidad del Hospital R Gutiérrez, fortaleciendo la humanización de los espacios. Fomentar el sentido de pertenencia con el hospital, dando lugar a la expresión de las subjetividades involucradas, e incidiendo, a su vez, en el modo de vivenciar las relaciones intersubjetivas e institucionales, con la intención de integrar el concepto de promoción de salud y el arte en una dimensión multicultural y multisocial.

Lorena Salamendy

 

1. John Cage: «Where Are We Going?And What Are We Doing?», Silence.Middletown, Conn.: Wesleyan University Press, 1961, pp. 220-222. [Hay edición española: «¿Hacia dónde vamos? Y ¿Qué hacemos?», Silencio: conferencias y escritos. Madrid: Árdora Ediciones,2002, pp. 220-222, trad. Pilar

2. El intersticio es un espacio para las relaciones humanas que sugiere posibilidades de intercambio distintas a las vigentes en este sistema, integrado de manera más o menos armoniosa y abierta en el sistema global. (Bourriaud, 2008).

Bibliografía

Duarte Loza Daniel Hacia el Arte Indisciplinario: Algunas reflexiones y una acción. 2012 2012: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia. Murcia (España)

Blasco Selina, Investigación Artística y Universidad: Materiales para un debate. 2013 Ediciones Asimétricas. (España)

Pritchett James Lo que el silencio enseñó a John Cage: la historia de 4’33’’

Menéndez E. L. Modelo Médico Hegemónico y Atención Primaria. Segundas Jornadas de Atención Primaria de la Salud. 1988 30 de abril al 7 de mayo. Buenos Aires. 1988 Pág. 451- 464.

Urquía M. Teorías dominantes y alternativas en epidemiología. Buenos Aires: Ediciones de la UNLa; 2006. p. 28- 84

Almeida Filho N, Rouquayrol MZ. Historia de la Epidemiología. En: Introducción a la Epidemiología. Buenos Aires: Lugar Editorial; 2011. p. 21-42.

Bourriaud N. Estética relacional. Buenos Aires. Adriana Hidalgo editora; 2008. p. 1-75