Texto de Irving Dominguez sobre la Residencia de Santiago Calderón y el proyecto : Reglas de comportamiento en el combate

Hablar de la obra de Santiago Calderón requiere hablar en plural. Su incursión en las prácticas artísticas de Colombia la ha realizado a través de la generación de plataformas de trabajo colectivo, espacios que son en realidad dispositivos multiusos cuya constante es la producción de gráfica, a su vez un vehículo para la inserción de representaciones críticas, la apropiación transitoria del espacio urbano y la reconfiguración de publicaciones populares transformadas en impresos artísticos, fruto del trabajo colectivo autogestionado.

En la breve, pero intensa trayectoria, de este joven artista reconozco dos actividades que han caracterizado el desarrollo de sus proyectos: la ocupación y la usurpación. Claros ejemplos del primero son Cada pliego tiene 32 hojas (2010) y El Honorable Cartel (2012). Cada pliego… ha consistido en una serie de sesiones de dibujo colectivo en las calles de Bogotá en las cuales se ha dispuesto de una mesa, hojas, materiales para dibujar, una lámpara, una cámara y un videoproyector. Los peatones interesados, así como los habitantes del barrio, tienen la oportunidad de expresar cualquier mensaje en un ciclo de dibujo que se renueva de manera incesante, el cual ocupa fachadas, paredes o cualquier soporte vertical para la proyección.

El Honorable Cartel es un taller de impresión de posters, en su mayoría desplegando frases o citas alteradas que expresan sarcasmo o invitan a dudar de los discursos oficiales que se precian de otorgar información “verdadera”. Su diseño sencillo y la ausencia de una firma o gesto autoral permite su fácil inmersión en los códigos visuales callejeros, borrando los límites entre los mensajes permitidos y aquellos considerados ilegales.

Las operaciones de usurpación complementan buena parte del trabajo de Santiago. Es el caso de Todo es plata(no) (2012), Reconstrucción de los hechos (2012), Yo reinaré (2012), Satander (2012) y el Almanaque escatológico (2011). En cada uno se han tomado representaciones existentes, casi siempre de carácter comercial, y se han manipulado sutilmente, de tal manera que la torsión del signo sólo se hace evidente tras una minuciosa revisión por parte del espectador casual que se topa ella. En los casos de Reconstrucción… y Satander se ha echado mano de algunas fuentes de la historia reciente de Colombia para resaltar las contradicciones inherentes a la construcción de los discursos nacionalistas o las posibilidad de enfrentar lo sucedido sin la carga del pasado y su aprehensión como destino imbatible.

El caso del Almanaque escatológico guarda especial relevancia para la propuesta desarrollada en la Ciudad de México durante noviembre del 2013. A partir de la apropiación de este residuo de las publicaciones misceláneas típicas de los centros urbanos, sumamente populares en el siglo XIX, un grupo de trabajo coordinado por Santiago dio un revés al contenido usual del Almanaque Bristol, publicación similar al Almanaque Kanin que aún sigue regalando la Farmacia París en el Distrito Federal, una recopilación arbitraria de efemérides cívicas y religiosas, esoterismo, capítulos destacados de la historia mexicana, remedios caseros y dietas. El Almanaque producido por los 18 integrantes de un laboratorio de producción en Bogotá llevó aún más lejos las posibilidades de este tipo de publicaciones al dedicarlo por completo a las visiones apocalípticas en el marco de la cultura urbana contemporánea de esa ciudad.

La edición de impresos con base en el trabajo colectivo es también el motor de una propuesta similar iniciada en Colombia, que Santiago decidió continuar aquí: el trabajo del Comité Internacional de la Equis Roja y sus cartillas sobre las Reglas de comportamiento en el combate. En su versión para el D. F: 18 colaboradores crearon tres guías que sugieren y enfatizan estrategias de supervivencia en diferentes localizaciones y hechos que ocurren en esta ciudad. Dedicados al Metro (Sistema de Transporte Colectivo), las redes de vendedores ambulantes en el Centro Histórico y a la práctica del cohecho por parte de la policía local, conocida localmente bajo el nombre de mordida.

Teniendo como base de operaciones Casa Vecina (FCHCM) y Taller Multinacional, estos impresos fueron distribuidos gratuitamente entre peatones, usuarios del Metro e incluso algunos policías. La matriz de este proyecto es una publicación creada por la Comité Internacional de la Cruz Roja promoviendo el trato digno y el respeto a los derechos humanos en situación de guerra o conflicto extremo sobre todo para quienes integran los cuerpos de seguridad (http://www.icrc.org/spa/resources/documents/publication/p0381.htm). Su diseño sencillo y su contenido textual reducido al mínimo para comunicar mensajes claros y contundentes es un principio que Santiago ha respetado para la elaboración de estas nuevas versiones pensadas como herramientas para la comprensión de un entorno urbano culturalmente distinto o sobrecargado de estereotipos, además de hacer las veces de válvula de escape ante la cantidad de reglas transgredidas, y sus consecuencias, por los habitantes de la megalópolis.

Como ha sucedido en aproximaciones similares a la cerrada trama de habitus que conforman la vida en la Ciudad de México, estas Reglas corren el riego de ser aproximaciones superficiales ante el apabullante mercado simbólico que manifiesta sus intestinos a través de sus demostraciones de violencia simbólica en la vida cotidiana del peatón capitalino. El propio grupo de trabajo se supo vigilado por los mismos comerciantes ambulantes del Metro, o vagoneros, cuando la palabra gratis se percibió como un acto de transgresión a su sistema de oferta permanente. Por supuesto el riesgo no estribó en el acto de regalar sino de romper el ritmo en un sistema de venta que se renueva en promedio cada minuto y medio.

Lo cierto es que la residencia de Santiago Calderón le permitió continuar con uno de sus muy evidentes intereses en el campo visual: apropiarse de imágenes de la cultura popular, procesarlas a través de las estrategias de las artes visuales y devolverlas a la calle, al circuito público de donde fueron tomadas.

 

Irving Domínguez, febrero del 2014, Ciudad de México.

 

Santiago Calderón es integrante del colectivo Quince Dieciséis, gestor del espacio autónomo La Redada Miscelánea Cultural y codirector del taller de serigrafía El Primitivo. Fue beneficiario de la 2ª residencia Taller Multinacional (México) – IDARTES (Bogotá). Realizó una estancia durante el mes de noviembre del 2013 en la Ciudad de México.